Reflexión

Informe Semanal
colchamp

 

 

Principal Arriba Actividades

ÉXITO Y PERSISTENCIA

 

En 1848, época de la fiebre del oro en California, el señor Derby pidió dinero prestado a sus familiares para explotar una mina; apenas había pagado la deuda cuando la beta aurífera se acabó. Un caballero compró la mina, contrató un especialista y a unos cuantos metros de donde habían suspendido las excavaciones, volvieron a encontrar oro. Derby casi pierde la razón cuando lo supo.

La persona de talento común, pero con extraordinaria persistencia logra lo que desea, pues en la vida ningún camino es demasiado largo cuando hay tenacidad. Los hombres de talento ordinario se distinguen siempre por hacer cosas extraordinarias gracias a su perseverancia. Casi se puede decir que genialidad es equivalente a tenacidad.

La genialidad y la tenacidad son hermanitas gemelas; donde muchos terminan desanimados, otros hombres con talento común llegan a hacer cosas extraordinarias debido a su persistencia, es decir a su capacidad de perseverancia. Es muchísimo más grave adolecer de perseverancia que carecer de una brillante inteligencia.

No es tan común la persistencia en lo emprendido; sólo se puede hablar de entre un 5 a 10 por ciento que logra sus propósitos, porque llevan consigo una fuerza interna que les hace fijar la atención en objetivos que están dispuestos a realizar a como dé lugar.

El que quiere obtener una fortuna está dispuesto a trabajar y ahorrar más que el común de los vecinos; el persistente sabe que todo tiene un precio y sólo el que está dispuesto a pagar la colegiatura pedida, entrará al salón de los afortunados; nadie puede aspirar a sabio dedicando al estudio y la meditación el mismo tiempo que dedica a esas actividades el común del vulgo. Una metódica rutina diaria y una buena organización acompañan a las personas exitosas.

Caer y levantarse es una de consigna del victorioso, pues sólo en el último esfuerzo se alcanza el triunfo. Contra el abandono, el miedo, el dolor, la ingratitud, la indiferencia, la desilusión, la traición, la burla, el desencanto, el desinterés no cabe más que erguirse para mostrarse superior a los tropiezos y retomar la senda del sueño perseguido.

Todos tienen derecho a triunfar, sólo que a la mayoría los encadena el miedo y cómo sólo los persistentes y arriesgados suben al podio, los coronados son muy pocos. Hno. Julio Enrique Quintero Vargas.